¡Buenas, gente!!!!
Estamos en una nueva entrevista para Entretanto Magazine y Preguntas
con arte, en este caso con el editor Ricardo Cebrián, líder de la
editorial Café con leche. ¡Hola, Ricardo! ¿Puedes presentarte tú
mismo para que nuestros lectores puedan conocerte?
Un saludo. Para empezar,
que conste que yo no soy líder de nada. El alma de Café con Leche
es y será Diana Gutiérrez, sin ella seguiría autopublicando libros
despacito en Amazon.
Por lo demás soy ese
tipo de persona al que no saben cómo encasillar: mulato, de
Valladolid, economista, escritor, amante de las culturas de Asia
Oriental, de profesión sus labores y jugador empedernido de
cualquier cosa que se parezca a un juego de estrategia.
Si alguien quiere
saber más sobre tu editorial o sobre ti, ¿dónde puede informarse?
Sobre la editorial, en la
página de Café con Leche http://www.editorialcafeconleche.com/,
en nuestro Facebook, https://www.facebook.com/edcafeleche
o en Twitter, @edcafeleche. También podéis tomar un café de verdad
con nosotros si se presenta la ocasión.
Yo es que soy un poco
chapado a la antigua y nunca he terminado de sentirme a gusto
hablando de mí sin ton ni son. Tuve un blog literario que tiene más
telarañas que mi cuenta bancaria. Pero siempre hablo sobre mi amor a
la novela El romance de los tres reinos en la página
http://www.tresreinos.es.
Háblanos de Café con
Leche. ¿Cómo surge la idea de crear una editorial?
Corría el año 2014 y yo
andaba autopublicando desde hacía un par de años en Amazon con
resultados diversos, esto fue justo antes del boom y la posterior
caída de ventas del que nadie habla. Diana vino un día y dijo lo
absurdo que era que conociésemos a tantos escritores de talento que
apenas habían tenido la oportunidad de publicar y propuso la primera
antología: Cuando calienta el sol: Diez historias eróticas para
remojarse. Escogimos los mejores relatos y nos lanzamos a ello.
Por suerte tuvo mucha aceptación.
¿Qué tipo de
publicaciones editáis?
Es difícil decirlo
porque Diana y yo somos de gustos muy variados. Al principio incluso
propuse publicar un libro sobre la crisis económica que no pegaba ni
con cola en nuestra línea editorial (menos mal que Diana me lo hizo
ver). Pero según fuimos sacando novelas el año pasado nos hemos
centrado en erótica, fantasía, ciencia ficción y antologías.
¿Qué condiciones
debe reunir una novela para que consideréis publicarla?
Lo primero de todo es que
no sea ofensiva. No hablamos de que sea políticamente correcta,
basta con ver el culo en la portada de Cuando calienta el sol para
saber que no tiramos de ese palo; pero apoyamos la visibilidad de las
autoras en la ciencia ficción, la visibilidad de los personajes
LGBTI y lo que consideramos los valores de una sociedad libre en
general.
Dicho esto, funcionamos
por convocatorias para poder centrar el trabajo. Por cada antología
sacamos una convocatoria, igual que sacamos una para publicar las
primeras novelettes. Si tu novela cumple los requisitos de la
última convocatoria, y es buena, claro, pues adelante.
Pero no te cuento nada
nuevo, todo esto viene en la página web.
Explícanos ahora el
proceso de publicar un libro, que seguro que no es tan fácil como la
gente piensa.
Puf… No es nada fácil,
no.
El problema es que todo
lleva mucho tiempo y el tiempo nunca sobra. Primero hay que
seleccionar los manuscritos que te interesan después de una lectura
rápida, entre estos escoger los mejores, leerlos enteros, negociar
con el autor la manera en que quieres que deje la historia (es muy
raro crear una historia perfecta, siempre metemos cosas que en
nuestra cabeza quedan bien, pero que no aportan nada). Entre medias
hay que ir pensando cómo será la cubierta sin que ello te impida
hacer las correcciones estilísticas y tipográficas necesarias.
Luego hay que maquetarlo en papel, ver el número de páginas
correspondiente para completar la cubierta (el tamaño del lomo
depende de ello), y maquetar el ebook, que tiene su
propia problemática. Como seguramente ya lleves un mes más del
tiempo previsto ese es el momento de rezar para que la imprenta te lo
envíe todo a tiempo.
Y una vez que tienes el
libro hay que idear formas creativas de publicitarlo, ir a eventos,
mandarlo a distribuidoras, reseñadores y librerías, subirlo a todas
las plataformas online habidas y por haber…
Hay mucho trabajo detrás
de cada libro y el coste final, aunque no lo parezca, es muy alto
porque lleva infinitas horas de trabajo.
Vuestra editorial
tiene varias publicaciones de tipo erótico. ¿Por qué os habéis
decantado por la literatura de este género? ¿Quizás debido al
éxito de 50 sombras de Grey?
Noooo. Bueno, solo un
poco. No por aprovechar su éxito, solo por hartazgo. 50 sombras
de Grey había creado un extraño monopolio de novelas eróticas
con una media y un antifaz en la cubierta. No solo eso, de novelas
llenas de relaciones insanas y abusivas. Decidimos rebelarnos contra
eso.
Por otro lado, ¿a quién
no le gusta la erótica? Es un género de lo más divertido.
¿Cuál es la parte
más difícil de ser editor? ¿Quizás rechazar una obra?
Para nada. Sé que es
molesto que te rechacen cuando eres autor, yo también soy autor y lo
he sentido en las carnes, pero nos mandan muchas novelas que no
cumplen los requisitos. Mucho más duro ha sido, por ejemplo, no
incluir un relato que sabes que es bueno en una antología, como nos
pasó con Instinto animal, simplemente porque ya no hay sitio
para más.
Lo más duro es la falta
de reconocimiento en un sector tan competitivo. Cada libro es una
pequeña lucha, pero solo se acordarán de ti si las cosas salen mal.
Hablando de eso,
cuéntanos alguna anécdota relacionada con los rechazos editoriales.
Se podrían contar
tantas… Casi todas están relacionadas con el hecho de que no se
miran nuestros requisitos, o al menos nuestro catálogo. Hemos
recibido libros infantiles y esotéricos que, claro, no pegan ni con
cola con el resto de cosas que hacemos. Luego están los que te
escriben con chulería en plan: «Este es mi libro, lo quiero en
letras doradas dentro de un mes, seguro que triunfa porque tengo 100
seguidores en Twitter».
No cobramos a nadie por
publicar, invertimos tiempo y dinero en cada libro, así que nos
tienen que mandar los libros como el que manda un CV a una empresa.
¿Cómo ves el actual
plan editorial en España?
Que no hay un plan como
tal, solo improvisamos.
Últimamente están
surgiendo numerosas editoriales pequeñas, como la vuestra, dedicadas
a publicar literatura de géneros muy concretos. ¿Ves esto positivo?
¿Crees que llegará el día en que se podrá competir con las
grandes editoriales?
Todos competimos con las
grandes editoriales, otra cosa es que nos vaya bien.
Un momento que me quito
la gorra de editor amante del arte y me pongo la de economista
cuentamonedas. Todo mi amor por las pequeñas editoriales que
participamos en una dura lucha por sostener una literatura fuera de
los requisitos de lo mainstream, pero como emprendedores nos
hemos metido en un pifostio monumental. Nos encontramos en un momento
en que la demanda está de capa caída y las grandes editoriales han
optado por producir muchos más libros, y más caros, para mantener
sus beneficios. En esa coyuntura nos hemos puesto a publicar los
pequeños, con lo que hemos hecho el exceso de oferta más terrible
si cabe y eso hace que sea difícil competir. Lo que pasa es que,
como artistas, nos encanta y anima que haya nuevos proyectos; pero
eso no quiere decir que sea rentable.
Me encanta hablar con
nuevos editores y ver el amor que le tienen a sus libros, pero es muy
probable que el 90 % de nosotros fracasemos o evolucionemos a modelos
distintos que ya no sé si serán editoriales. De ese 10 % que quede,
alguno llegará a hacerse lo bastante grande como para mantenerse en
lo que quiera que sea el nuevo paradigma del mercado.
Por otro lado, ha
habido un aumento de las antologías entre editoriales pequeñas.
¿Qué ofrecen las antologías? ¿Quizás la oportunidad de dar a
conocer a autores que de otra forma no tendrían oportunidad?
Cuando nosotros
empezamos, que no había tantas antologías, esa era la idea
principal. No solo por dar una oportunidad a autores noveles, sino
también por recuperar el relato corto, que es un género que había
caído en desuso.
Hablando de eso, ¿qué
le dirías al escritor novel que intenta publicar su primera novela?
Lo primero, que no lo
haga. Tenemos demasiada prisa por publicar; creo que, ahora más que
nunca, es mejor recuperar el viejo consejo de «dejar tu novela en el
cajón» cuando has terminado y seguir aprendiendo, viviendo y, sobre
todo, escribiendo. Una vez pasado un tiempo, se recupera la novela y,
si se sigue considerando buena, hay que revisarla.
Lo segundo, que trate de
publicar con cabeza. Ya sé que cuando escribes te quema la primera
novela en las manos, pero eso no quiere decir que haya que lanzarse
de cabeza a la primera editorial de autopublicación que «parezca»
seria. Hay muchos caminos posibles, es mejor estudiarlos bien. Si se
opta por la publicación tradicional, que el autor se informe de qué
tipo de libros publica la editorial a la que manda su manuscrito y,
si coincide con el tipo de obra que ha terminado, que les escriba con
respeto.
Ya terminando, ¿esta
entrevista te ha parecido divertida o aburrida?
Me he reído mucho. Es
algo de lo que no se suele hablar con sinceridad.
Y ya para terminar,
¿puedes mandar un saludo a nuestros lectores?
Un saludo desde la
editorial Café con leche para los lectores de Preguntas con arte. Y
a un saludo a la revista y al entrevistador que también se lo
merecen
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