¡Saludos, lectores!!!! Estamos en
una nueva entrevista para Entretanto Magazine y Preguntas con arte,
en este caso con la escritora Nieves Delgado. ¡Hola, Nieves! ¿Puedes
presentarte tú misma para que nuestros lectores puedan conocerte?
Hola. No sé muy bien
cómo presentarme, la verdad. Supongo que podría hacer una pequeña
lista de lo que serían mis mayores logros, pero no creo que eso me
defina demasiado. Si me tengo que presentar, diré que soy una
persona con intereses muy diversos, entre ellos la ciencia y la
literatura, aunque también me interesan mucho los temas sociales.
Soy profesora de secundaria, eso es lo que me da la vida; el contacto
con los adolescentes te ayuda a no morir intelectualmente. Cuando la
enseñanza me lo permite, escribo; historias de ciencia ficción,
casi siempre. Hace como unos cinco años que publico, primero en webs
y revistas digitales, ahora también en papel, en varias editoriales.
Y siempre, siempre tengo algo en la cabeza; a veces, tantas cosas que
me gustaría poder dejar la mente en blanco. Pero no puedo.
Si alguien quiere saber más de ti,
¿dónde puede informarse?
Pues en pocos sitios, la
verdad. Estoy en facebook como Nieves Delgado y en twitter como
@NievesD36. Si queréis conocer mis obras, las podéis encontrar en
la web tercerafundación.net o en la primera entrada de mi “padre
adoptivo”, Daniel Pérez, en el proyecto AdoptaUnaAutora
(http://boywithletters.blogspot.com.es/2017/03/adopta-una-autora-1-nieves-delgado.html).
Además de escritora eres también
licenciada en física. ¿Hasta qué punto han influido tus estudios a
la hora de escribir ciencia ficción?
Me han influido por
completo. Y al revés, también. Las historias de ciencia ficción
siempre me han gustado, soy lectora desde pequeña; así que cuando
vi la famosa serie Cosmos, de Carl Sagan, me di cuenta de que todo
encajaba. Con la ciencia ficción podía explorar los límites no ya
de la ciencia, sino incluso de la sociedad y de la misma esencia del
ser humano. La ficción me hacía plantearme preguntas y la ciencia
me ayudaba a responderlas. Soy lectora (y espero que escritora
también) de ciencia ficción rigurosa, coherente y reflexiva. Aunque
tampoco le hago ascos a las historias ligeras bien contadas.
Vamos a repasar tus
obras. Empecemos por “Casas rojas”, relato que recibió el premio
Ignotus. Cuéntanos de qué va.
Casas rojas se desarrolla en un futuro
cercano en el que la inteligencia artificial es una realidad. En ese
contexto, se fabrican y comercializan robots sexuales (sexbots) cuyo
uso plantea una serie de dilemas que aparecen a lo largo del relato.
Es una historia que gira en torno a la cuestión del libre albedrío
y al debate social sobre la prostitución.
¿Cómo te sentiste al recibir un
Ignotus?
El Ignotus es un premio
muy especial porque no lo concede ningún jurado, sino que son los
propios lectores los que votan y eligen las mejores obras entre todas
las publicadas el año anterior. Recibir el Ignotus fue un subidón
de adrenalina, una confirmación de que algo estaba haciendo bien y
un mandato de continuidad con la escritura. Es uno de esos momentos
que guardas en una cajita para rememorar cada vez que lo necesitas. Y
sí, ya he abierto la cajita un par de veces.
Sigamos con “Dieciocho
engranajes”. Háblanos de esta antología.
Pues Dieciocho engranajes
es un punto de inflexión en mi trayectoria literaria. Es una
antología de muchos de los relatos que tenía publicados hasta el
momento, incluido Casa rojas, y salió con la editorial Adaliz con la
intención de ser un cierre de etapa. Quise despedirme así del
formato corto para embarcarme en proyectos de mayor extensión, no
porque me parezcan más dignos o importantes, sino porque vi que el
relato corto se me quedaba pequeño para lo que quería contar.
Empecé a escribir una novela que tengo ahora mismo parada porque se
cruzaron otros proyectos que también me interesaron, pero la
retomaré en cuanto pueda. Dieciocho engranajes, no obstante, es un
libro muy especial para mí, porque ahí hay relatos de muy diferente
pelaje que reflejan cómo ha sido mi evolución en esto de la
escritura.
Y abordemos la que, hasta ahora, es
tu obra más ambiciosa, “36”, novela corta publicada por Cerbero.
¿De qué va?
Es la historia de una
inteligencia artificial (IA) en un mundo en el que las IAs son
comunes. En realidad, si te soy sincera, es una manera de analizar la
sociedad humana a través de unos ojos externos, una forma de situar
la mirada más allá de nosotros mismos. Y es también un intento de
romper con los clichés tradicionales sobre los robots, como los
llamaba Asimov, que dominan prácticamente toda la literatura del
género. 36 cuenta la evolución de una IA en un mundo de humanos y
nos devuelve esa imagen como si se tratara de un espejo. Si se quiere
mirar o no ese espejo, eso ya es decisión de cada uno.
“36” plantea numerosos dilemas
de índole moral y metafísica. Supongo que es intencional. ¿Te has
basado en tus propias experiencias a la hora de plasmarlos?
Por supuesto. Treinta y
seis se plantea las mismas cosas que me planteo yo porque su
experiencia, o lo que en el libro se deja ver de ella, está tamizada
por mi propia experiencia del mundo. Me encantaría que ella pudiese
plantear cuestiones que a mí ni se me pasan por la cabeza, pero eso
es una paradoja en sí misma. Treinta y seis se dedica a observar la
sociedad y sacar sus propias conclusiones, siguiendo un esquema
lógico de pensamiento.
Háblanos de su protagonista, cuyo
nombre, o mejor dicho número, da título a la novela.
En realidad su nombre es
Treinta y seis, el hecho de que figure 36 como título de la novela
es debido a que ese número, que se le asigna a la IA por un simple
suceso de azar (corresponde al cuerpo que estaba libre en el momento
de su nacimiento), es el origen del nombre. 36, en número y bien
grande, es lo que figura en su pecho. Lo primero que me gustaría
decir sobre Treinta y seis es que nace, como IA que es, con una
inteligencia superior a la humana, pero con un desarrollo emocional
muy primitivo. A medida que pasa el tiempo, crece emocionalmente y
experimenta un aprendizaje similar al que tendría un humano, pero
con otros tiempos. El hecho de nacer ya con una inteligencia adulta
pero no haber sido mediatizada por la educación social, hace de
Treinta y seis un ser muy incisivo con todo lo que se refiere a los
humanos. Y eso le trae algún que otro problema.
¿Cuáles fueron tus fuentes de
inspiración a la hora de escribir “36”?
Por supuesto, todas las
historias de robots de Asimov. De joven me encantaban esos dilemas
con los que se buscaba siempre romper alguna de las tres leyes de la
robótica, recuerdo estar siempre de parte del pobre robot y rabiar
porque se le trataba como si fuera una simple máquina. Pero a un
nivel más profundo, los replicantes de Blade Runner me inspiran
mucho más. Y me refiero a Blade Runner y no a la novela de Philip K.
Dick que dio lugar a la película porque son esos replicantes, más
humanos que los humanos, los que me despiertan empatía. Creo que,
debajo de todo esto, está el concepto de que “lo humano”, como
aquello que es digno de ser dotado de derechos, trasciende la pura
biología y puede ser trasladado a cualquier ente sea consciente de
su propia existencia y capaz de experimentar el sufrimiento.
Desde hace mucho, se
adaptan obras de ciencia ficción al cine. ¿Te gustaría, en un
futuro, ver “36” adaptada, por ejemplo, en un cortometraje?
Claro, sería estupendo.
Siempre que no destrozaran a Treinta y seis buscándole algún novio
o novia, o alguna de esas cosas que les gusta hacer en Hollywood. Me
encantaría ver a Treinta y seis en la gran pantalla, creo que podría
ser un personaje muy potente.
Además de “36”,
estás preparando tu primera novela. ¿Nos puedes adelantar un poco
de su argumento?
Pues… la verdad es que
no. Supongo que todos tenemos nuestras manías, la mía es no hablar
de proyectos que están en marcha. En cualquier caso, lo que sí te
puedo decir es que se trata de una distopía y que la historia
comienza en un planeta que no es la Tierra.
¿Te ves escribiendo algún género
que no sea ciencia ficción?
Sí, en realidad ya lo he
hecho. Tengo algún relato de terror y algunos más que no están
dentro del género fantástico. Me veo escribiendo muchas cosas y,
sobre todo, experimentando. Lo que más me apetece ahora mismo es
experimentar con el estilo y probar cosas nuevas.
Ya terminando, ¿esta entrevista te
ha parecido divertida o aburrida?
Ni una cosa ni la otra.
No te creas que soy yo la alegría de la huerta, la verdad es que mi
sentido del humor es muy particular y divertir, lo que se dice
divertir, me divierten pocas cosas. Eso sí, he pasado un muy buen
rato contestando las preguntas. A mí es que me hablas de ciencia
ficción y me puedo pasar hablando horas.
Y ya para terminar, ¿puedes mandar
un saludo a nuestros lectores?
¡Claro! Un saludo muy
grande para todos los seguidores de Subcultura, del magazine y del blog. Espero os haya
gustado la entrevista, si tenéis alguna pregunta o queréis hacer
algún comentario, podéis contactarme por facebook o por twitter.
¡Gracias por leerme!
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